14 oct 2009

La Gran Plaga del Machismo

Cuando una mujer va a trabajar en ciertos rubros se encuentra con que sus compañeros la discriminan por su sexo, hasta su jefe le exije muchas veces más; son injusticias que las mujeres debemos soportar siempre. Ya sea en trabajos de industria como en trabajos en los que se necesite una actitud de liderazgo o un modo de hablar imponente, a la mujer se le exije más, a la mujer se le paga menos (a veces), y aunque parece no ser muy común, lo es, pero está oculto a veces. Tal vez, durante los últimos años, estas cosas hayan cambiado, pero sigue teniendo la misma vigencia el machismo en todos los hombres, y no sólo en el trabajo, consta aclarar. Discriminan nuestros pensamientos, nuestras formas de ser y nuestra fisionomía corporal, desde las puteadas ya lo podemos ver, "tirás la pelota como una nena", "la concha de tu madre", "la puta que te parió", etc. Lo vemos presente inclusive nosotras desde que nacemos, cuando se nos impone la cocina y los hijos como juguetes inofensivos, ¿lo vemos? La respuesta es obvia, y es que la mayoría no lo ve. Al igual que por medio de la educación, sin darnos cuenta, nos convierten en trabajadores para alimentar al sistema, nuestros padres y toda nuestra familia nos incentiva a resignarnos a "lo que somos", amas de casa, criadoras de hijos, limpiadoras de platos, lavarropas, cocineras. Pero la peor parte es que cuando intentamos decir algo, ¡se nos discrimina de tal forma! ¡nos hacen oídos sordos! o nos escuchan para reirse. Obviamente existen excepciones, y gracias que las hay, nos facilitan el trabajo de hacernos escuchar. Esas excepciones que lograron desligarse del prejuicio, de esa plaga, esa enfermedad mental como tantas otras en la sociedad, y logran tomarnos en cuenta tal y como somos, seres pensantes. ¿Qué podemos hacer las mujeres para cambiar esto? no nos podemos quedar sentadas a esperar, si nadie hace nada, nada va a pasar, tenemos que demostrar nuestras capacidades, luchar por hacer valer nuestra voz, no conformarnos con la cocina y la novela de la tarde, ir por más, no dejar que el trabajo hogareño recaiga solo en nuestros brazo y luchar por la igualdad que desde hace años intentamos obtener.

8 oct 2009

Volaremos

Nos da miedo volar, así como nos da miedo no hacerlo. Esto es consecuencia de que, desde que nacemos, volamos, y un día nos ponen los pies en la tierra mostrándonos la "realidad" y todos los peligros que ella conlleva para nuestro "futuro", ahí es cuando uno deja de volar, pero no quiere decir que volar sea estar fuera de la realidad, o dejarla de lado. Muchos piensan que siguen volando, que van por un buen camino, que viven la buena vida, material, de pocos tiempos, apretados. Para mí volar es no dejar que nos afecten las cosas que no deberían afectarnos, cosas irrelevantes que nos rodean todos los días, obligándonos a oprimirnos, a temer y a temernos. Es no dejar nuestros sueños de lado y ser libres para volar, volar, volar.