El sonido es la respuesta,
el silencio es un abrazo fantasioso.
El aire está impregnado con tu nombre
como una fantasía allegada al sol pleno en el invierno de mi placard.
Somos ilusiones en el espejo de mi mente,
un reflejo ficticio de algo que jamás fue ni va a existir.
Suena el teléfono, vibra el teléfono
y no hay nada más que mensajitos de personal.
La corona de flores de plastico se rompió,
casi como un símbolo de desesperanza
en este cuarto tan iluminado y tan solo.
En mi mente las palabras danzan
pero en mi lengua solo hay palabras que no pueden ser dichas,
y hay dichas que son sólo ilusiones,
letras en la sopa.
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