21 sept 2011

Equilibro y confusión, lo mismo de siempre. Palabras repetidas, como si rebotaran en un espejo y volvieran a mí una y otra vez. Y pasa un día y pasa otro y siempre las mismas ideas en la cabeza comiéndome lo poco que me queda a veces de ganas de sonreír y hacer ciertas cosas, aunque igual sonría. La gente da miedo, es temible, es insensible, es extraña, quién sabe que hay en su mente. Quién sabe qué piense de mí. Yo no sé si lo que me dice es verdad. ¿Y si en realidad lo que dicen es cierto? No se qué debo hacer, no sé para donde ir, no sé para donde mirar ni para donde correr ni para donde arrancar y seguir con mi vida después de todo lo que pasó y sigue pasando. Estancada en el individualismo más estúpido y sin la escasa sensación de jugar a ser títere y titeretero.

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