20 ene 2014

El se repite infinito hacia el horizonte y puedo sentir miles de ojos apoyados en mi espalda cuando lo toco. Yo navego hacia el sur buscando en mi mente una miel que endulce mi te de jengibre mientras mi garganta llora y se me cae un diente. Ellos atraviesan bosques imaginarios parados en una caja de cristal sin poder ver hacia adelante porque el reflejo del vidrio los ciega y los quema. El reloj se retuerce constante y furioso recordandonos cual es nuestra edad y momento, recordandonos el rencor pegado en tus labios, recordandonos, simples recuerdos.

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