22 jul 2009

Yo deseo morir algún día.

A veces siento que no vivo para mí, que vivo por algo que capaz no sea posible mientras yo esté viva. Me estremece saber que la vida es una sola, que voy a desaparecer y que necesito aprovechar esta vida que tengo, hacer algo, por mí, por todos, pero no sé que hacer. Sé que mis ideas no las voy a dejar de lado, es algo que desde que soy chica siempre quise saber, nunca fue por hacerme la humanitaria, tal vez alguna vez sí me controló la vanidad respecto a eso, pero siempre quise encontrar una manera para que el mundo sea un mejor lugar para todos, y a pesar de que pasé por un monton de etapas e ideas diferentes, muchas veces totalmente erróneas, hasta estúpidas y horribles, ese pensamiento, el de querer encontrar una mejor forma de vivir, se mantuvo, y me sigue haciendo cada vez más difícil encontrar algo que me haga feliz, porque absolutamente ningún estado de conciencia me hace sentir una tranquilidad suficiente, no me puedo relajar frente a la mayoría de las cosas. Si hago lo que siempre odié, me siento incómoda en ciertos momentos, si hago las cosas que siempre amé me deprimo de sólo pensar, caer en perplejidad, sentir impotencia. ¿Estoy destinada a que mi vida se acabe sin hacer absolutamente nada para llenar este vacío que hay en mí? Yo no quiero morir sabiendo que no pude hacer absolutamente nada, y cuando trato de que alguien escuche lo que tengo para decir no sé cómo expresarme en palabras, me deja llevar el sentimiento, capaz nací para pensar en soledad y para mi misma, cuando lo que más quiero hacer es transmitir mis pensamientos y contagiar mi entusiasmo.
Estoy contenta por el hecho de que mis pensamientos pasaron por ese monton de etapas y extremos, porque a pesar de que mi nivel de inteligencia está por el piso, puedo entender los pensamientos de casi todas las personas, porque yo sé y admito que estuve ahí, entender no significa ni respetar ni tolerar, eso es algo que para mi es totalmente diferente, nunca voy a aceptar la existencia de ese tipo de pensamientos, ni aunque yo haya estado alguna vez en ese lugar, pensando de ese modo, sintiendo de ese modo, o no pensando, o no sintiendo, porque estos pensamientos no surgen más que de la ignorancia y la estimulación mediática, la costumbre, el conformismo y la influencia prejuiciosa y mugrienta de la sociedad.
A su vez, no estoy contenta de estar llena de pensamientos diferentes, contradictorios, cambiantes, porque no me doy cuenta de que ciertas ideas las tenía formada antes, bajo una mirada superficial, y las debería replantear y analizar con mis nuevas formas de ver, y así encontrar los errores, modificarlos y llegar a una conclusión que para mí valga la pena y también para los que la escuchen.
Pero todo esto es parte de lo que yo soy, contradiciéndome, aprendiendo de mis propios tropiezos, de los tropiezos de los que me rodean, y de los tropiezos de Oliveira, Sebastián y Doña Amparito.
Algún día espero morir, no con una sonrisa, sino con cara de que mi fin es un fin esperado, aceptado, recibido con los brazos abiertos, y de que ese fin es exactamente lo que estaba buscando, porque voy a estar llena, por haber podido eliminar mis perplejidades, por haber alimentado mis dudas, por haber ayudado al futuro, por haber vivido haciendo lo que deseo hacer desde que nací.

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