22 abr 2013

descubrir que
el amor
nunca fue real
que las cadenas
eran una espada de doble filo
que cruzaron mi
cara
y rompieron mi
espalda
en treinta mil pedacitos
y cada uno de ellos
pequeños, diminutos, chiquitos,
rompieron el paradigmatico planeta tierra
de tu cara hipnotizada
de mis hebillas de bolcitos
del enfermito de la cabeza
que nadaba en su panza
mientras cantaba canciones de amor
en tu cabeza descolocada
en tu cerebro diminuto y
tus ojos
que no ven nada
que no sienten nada
que fueron pura mentira
en la noche
de las luciernagas
apagadas
muertas

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