2 oct 2013

Otra cara, otra muerte, otro nacimiento, no sé si me siento orgullosa de haber parido este engendro de alma congelada, sonrisas apagadas y falsas, sueño constante y muerte. Pastillas para dormir, pastillas para dejar de pensar un rato. Dolor físico y emocional, la muerte está cada vez más cerca y no me preocupa tanto, lo que llaman destino palidece cuando me ve llegar. Yo voy a cortar tu garganta en tus sueños y reír a carcajadas mientras esperás a que llame al doctor. Pero toc toc, suena la puerta, y abro y no hay nadie, era sólo mi imaginación, y yo me quede ahí esperando, mientras el viento entraba y me helaba más el alma hasta que se volvió una estalactita. Soy un producto de esta sociedad, soy un alma totalmente perdida en esta sociedad, me salí del carril y no pienso volver a entrar, pero tampoco sé hacia donde va a ir mi fría alma, mi susto eterno, correr, gritar, golpearse contra la pared, eternamente ahí parada frente a la puerta que ya no suena, le acolchoné el frente, arranqué el timbre con los dientes para que nadie pueda venir a buscarme.

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