3 nov 2013

Las palabras rebotan como pelotitas de goma en mi pared, no puedo abrazarte, es un paso que me cuesta dar mucho más de lo que quisiera y la noche se hace eterna, en un sueño extraño, de largos pisos y sentimientos difusos, conexiones inconscientes inexplicables. Y yo reboto adentro mío y en mi pensamiento que se vuelve cada vez más retorcido: darle vuelta cincuenta veces al por qué no puedo simplemente relajarme y echarme al lado tuyo y dormir un rato como lo hace mi gato.

No hay comentarios: