12 ago 2013

Y así como llega se va, se desvanece en mis manos, no fui lo suficientemente fuerte y nadie estaba lo suficientemente predispuesto a completar la operación. Fallo caóticamente y yo salí corriendo a más no poder del susto. La verdad es que estamos todos asustados, nos gusta la eterna soledad y la histeria. Caminé perdida, di vueltas por toda la ciudad en busca de las manos que me salvaran de la oscuridad en donde me estaba metiendo, pero termine fundiéndome con ella, me hizo pedazos.

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